CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – A pesar de que hace más de un mes la Policía Nacional, a través de la Dirección Central de Investigación (DICRIM), intensificó los operativos en el sector La 42 de Capotillo, residentes de la zona aseguran que las problemáticas de inseguridad y violencia continúan afectando la comunidad.
Según declaraciones recogidas por El Día, aunque la presencia policial ha aumentado significativamente desde la intervención del pasado 2 de junio, el ambiente en el populoso barrio sigue siendo de tensión y desconfianza, con denuncias por abusos de autoridad y arrestos arbitrarios. “El ambiente sigue tenso. Los policías no van solamente detrás de quienes venden droga, sino que se llevan a jóvenes inocentes, trabajadores, que lo único que hacen es ganarse la vida”, denunció Katherine Mercedes, vecina del sector.
Mercedes relató el caso de su hermano, un motoconchista detenido y presuntamente agredido por no portar casco. “Le rompieron el timón de su motor, que es su herramienta de trabajo para mantener a su familia”, expresó con indignación.
Miedo y desconfianza
Laura, otra residente que trabaja en una banca de lotería, afirmó que los jóvenes viven con temor de salir a las calles, ya que podrían ser arrestados sin motivos claros. “Aquí hay muchos trabajadores que tienen miedo de salir, porque los policías se los llevan sin razón”, manifestó.
A pesar de estas denuncias, algunos miembros de la comunidad aseguran que la situación ha mejorado. Alberto Peña, también vecino de La 42, considera que ahora se puede descansar mejor por las noches. “Antes era imposible dormir con los disparos y el desorden. Ahora las noches son más tranquilas y los niños vuelven a ir a la escuela”, opinó.
Operativos recientes
La más reciente intervención policial fue encabezada por altos mandos de la institución, incluyendo al coronel De los Santos García y al vocero Diego Pesqueira, en coordinación con la DICRIM. En el operativo, fueron desmantelados varios puntos de venta de drogas y se produjo la detención de múltiples personas ligadas a actividades ilícitas.
A pesar de estos esfuerzos, los residentes reclaman una intervención más equilibrada y respetuosa de los derechos ciudadanos, que combine la seguridad con la protección de los inocentes.
Mientras tanto, el consumo de alcohol y sustancias ilícitas sigue siendo parte del panorama cotidiano en el sector, una realidad que, según los propios vecinos, continúa alimentando la violencia y la marginalidad en La 42.
El caso de Capotillo pone sobre la mesa el reto de aplicar medidas de seguridad efectivas sin criminalizar a las comunidades, un desafío que sigue vigente para las autoridades en su lucha contra la delincuencia.
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