


CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – El pasado sábado, la administración de Donald Trump implementó una drástica medida que suspendió a los periodistas de la Voz de América (VOA) y otras emisoras financiadas por Estados Unidos, lo que provocó un golpe a los medios de comunicación críticos que históricamente han jugado un papel fundamental en contrarrestar la propaganda de Rusia y China. La acción, que afectó a cientos de reporteros y miembros del personal de organizaciones como Radio Free Asia y Radio Free Europe, se formalizó a través de un correo electrónico que ordenaba a los empleados entregar sus pases de prensa, teléfonos de oficina y otros equipos, y les prohibía el acceso a sus oficinas.
El viernes, Trump emitió una orden ejecutiva que incluía a la Agencia Estadounidense de Medios Globales (USAGM) en la lista de “elementos innecesarios” de la burocracia federal. En este sentido, la Casa Blanca argumentó que los recortes eran necesarios para evitar que los contribuyentes financien lo que consideró "propaganda radical". Este cambio en la política de medios representó un giro drástico hacia las redes creadas para proyectar la influencia de Estados Unidos en el mundo.
La decisión generó indignación entre los empleados de las emisoras afectadas. Michael Abramowitz, director de VOA, lamentó la decisión y destacó el impacto que tendrá en los esfuerzos globales por promover la democracia y la libertad. Según Abramowitz, VOA, que emite en 48 idiomas y llega a 360 millones de personas cada semana, ha sido un "activo invaluable" en la lucha contra el comunismo y el fascismo. Además, la cancelación de la financiación de Radio Free Europe/Radio Liberty fue calificada por su director como un “regalo masivo a los enemigos de Estados Unidos”.
Por su parte, los reporteros de Radio Free Asia expresaron su preocupación por la seguridad de su personal, especialmente aquellos que trabajan en países autoritarios como China, Birmania y Corea del Norte, donde la censura y la represión son comunes. Un empleado de la cadena señaló que, además de la pérdida salarial, algunos trabajadores temen por su seguridad, ya que el cese de la financiación podría implicar la revocación de visas o consecuencias graves en países donde la libertad de prensa está severamente limitada.
La medida fue criticada por figuras demócratas como Gregory Meeks y Lois Frankel, quienes denunciaron que esta acción "causa un daño duradero a los esfuerzos de Estados Unidos para contrarrestar la propaganda en el mundo". Los medios financiados por Estados Unidos, aunque bajo la financiación gubernamental, tienen una barrera editorial garantizada, lo que les permite mantener una independencia informativa que ha sido clave en su labor.
Esta suspensión se enmarca dentro de un largo historial de enfrentamientos de Trump con los medios de comunicación, quienes en su administración han sido blanco de constantes ataques. La decisión marca un capítulo más en su continua batalla contra las instituciones mediáticas que no se alinean con sus políticas.
No Comments yet!