


CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO.- La fecha tiene como objetivo generar conciencia sobre esta problemática que afecta a millones de niños y adolescentes en el mundo, causa aproximadamente 200 muertes al año y requiere de la mirada atenta de toda la comunidad.
El 2 de mayo se celebra el “Día Mundial Contra el Acoso Escolar” conocido también como “Bullying”. La propuesta de instalar esta fecha en el calendario surgió de ONG Bullying Sin Fronteras y fue aprobada por la UNESCO en 2013; y avalada luego por el senado argentino. Desde la ONG explican que “el bullying es un enemigo silencioso que se nutre de tres venenos: la soledad, la tristeza, el miedo”.
El bullying es definido como la injustica o abuso de poder que sufren los alumnos en las aulas.
Según Unicef, el “bullying” es una forma de violencia entre dos personas (estudiantes) en el ambiente educativo. Es una forma de discriminación de unos estudiantes hacia otro u otros por sus características o su forma de ser: orientación sexual, identidad de género, nacionalidad, situación migratoria, etnia, sexo, condición socioeconómica, condición de salud, discapacidad, creencias religiosas,opiniones, prácticas basadas en estigmas sociales, embarazo, entre otras.
Un informe de UNICEF Argentina revela que 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes son víctimas de acoso escolar y 7 de cada 10 han presenciado situaciones de violencias en los entornos escolares. La agencia de Naciones Unidas ofrece una guía para prevenir el acoso escolar.
Los niños o jóvenes que sufren acoso escolar por parte de otros estudiantes o son testigos de situaciones de violencia de forma reiterada tienen un menor rendimiento académico a corto y a largo plazo.
Esta situación puede acentuarse a lo largo del tiempo y provocar en la persona afectada una depresión que puede llevarla a no asistir a clase y dejar los estudios.Sin embargo, además del impacto personal, el bullying afecta a toda la comunidad, tiene consecuencias negativas en el bienestar, el desarrollo y el ejercicio de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Por eso el Estado tiene la responsabilidad de prevenir y abordar esta problemática y promover una vida libre de violencias.
La profesora Soledad Fuster, especializada en la temática lo explica así: “Cuando hablamos de bullying nos estamos refiriendo a una agresión sistemática, sostenida en el tiempo, de una misma persona agresora o grupo hacia una misma víctima. En general comienza con una violencia psicológica, en apariencia sutil, a través humillaciones, burlas, insultos, amenazas, que se va complementando con actos de violencia física, como por ejemplo, hacer tropezar a la víctima cuando pasa, pegarle o empujarlo; colocar pegamento en el banco, esconderle los útiles, romper sus pertenencias, reírse ante sus preguntas o participación en clase, entre otros.”
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