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Tras 100 años de prohibición el río Sena recibe 100 nadadores

CAFÉ DIARIO, PARIS.- Paris celebra el regreso oficial de la natación en el Sena, tras más de un siglo de prohibición. Al amanecer del sábado, cientos de personas se lanzaron al agua en zonas seguras cerca de la Torre Eiffel y la Île Saint-Louis. Los gritos de “¡Está calientita!”, y los aplausos de los curiosos no tardaron en llenar las riberas.

Este hito es fruto de una inversión de 1,500 millones de dólares para limpiar el río, como parte de un ambicioso plan vinculado a los Juegos Olímpicos. Las autoridades buscan devolverle al Sena su uso público y transformarlo en un símbolo de sostenibilidad.

Antes del primer baño, trabajadores municipales retiraron restos de algas, mientras los nadadores formaban fila con toallas y trajes de baño. Cada participante portaba un salvavidas amarillo, en cumplimiento de las estrictas normas de seguridad supervisadas por socorristas.

“La experiencia es única. Nadar en el corazón de París, con este calor, es fantástico”, dijo Amine Hocini, un joven parisino de 25 años. Aseguró que la temperatura del agua lo sorprendió para bien.

La gente se baña en la zona de baño segura de Bras Marie. Thomas Padilla/AP

Tras un siglo, nadar en el Sena ya es legal

La alcaldesa Anne Hidalgo también se sumó al evento. Mostró con orgullo una botella transparente llena de agua del Sena, como prueba de la mejora en la calidad. Según las autoridades, el río cumple con los estándares europeos de salubridad en la mayoría de los días.

La natación estuvo prohibida desde 1923 por la contaminación y el tráfico fluvial. Aunque ya es legal en las zonas habilitadas, nadar fuera de ellas sigue siendo un riesgo.

Aún persisten las dudas de algunos vecinos. “Prefiero no arriesgarme. He visto cosas flotando en el río que no quieres imaginar”, comentó François Fournier, observando desde un puente.

Pese a la presencia de residuos dispersos, como hojas o envoltorios de plástico, el mal olor que antes caracterizaba al Sena ha desaparecido. Ahora solo queda el aroma terroso propio de los ríos.

“Es glamuroso nadar en el Sena, sobre todo cerca de la Île Saint-Louis”, comentó entre risas la vecina Lucile Woodward. “Obvio, siempre hay dudas cuando nadas en un río, pero esta zona está más controlada que cualquier otra. No creo que el Ayuntamiento arriesgue su reputación”.

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