


AFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – Ana Pérez (nombre ficticio) apenas duerme desde hace semanas. Su bebé de tres meses llora cada dos horas pidiendo pecho, y aunque el cansancio la consume y la soledad se impone en su sala oscura, ella no se rinde. Como miles de mujeres en República Dominicana, ha elegido el camino de la lactancia materna, con valentía y amor, pese a las barreras invisibles que enfrenta cada día.
En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y sus aliados hacen un llamado urgente bajo el lema: “Priorizar la Lactancia Materna: Crear Sistemas de Apoyo Sostenibles”. La consigna: que ninguna madre tenga que amamantar sola.
“La lactancia no debe ser un acto heroico ni solitario. Es un derecho de cada niña y niño, y una responsabilidad compartida entre familias, comunidades, lugares de trabajo y gobiernos”, afirmó Anyoli Sanabria, representante interina de UNICEF en el país.
Pese a sus beneficios comprobados, la lactancia materna enfrenta múltiples obstáculos estructurales. En República Dominicana, solo el 8% de los bebés menores de seis meses recibe lactancia materna exclusiva, una de las cifras más bajas de América Latina, según la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA 2019). El promedio mundial alcanza el 48%, aún lejos de la meta del 60% para el 2030.
“La leche materna salva vidas: si todos los niños y niñas fueran amamantados de forma óptima hasta los dos años, se podrían evitar cerca de 600,000 muertes infantiles cada año. Además, reduce el riesgo de enfermedades, sobrepeso y obesidad infantil en un 26%, y protege de por vida contra dolencias crónicas”, explicó Sanabria.
Falta de políticas públicas y apoyo social
El caso de Ana ilustra una realidad extendida: muchas madres carecen de orientación, permisos laborales adecuados o espacios dignos para extraerse leche. En palabras de la propia madre: “No sabía que amamantar sería tan duro”.
UNICEF denuncia que la financiación para programas de lactancia sigue siendo insuficiente: solo el 4% de los países recibe el mínimo recomendado de cinco dólares por nacimiento para alcanzar los objetivos globales. Sin embargo, por cada dólar invertido, se generan 35 dólares en beneficios económicos.
Ante este panorama, el organismo internacional insta a los gobiernos y a la sociedad civil a:
- Aumentar la inversión pública y la cooperación internacional en programas de lactancia.
- Aplicar rigurosamente el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.
- Capacitar al personal de salud para asesorar efectivamente a las madres.
- Fortalecer las redes comunitarias de apoyo con servicios de consejería accesibles.
“Cada madre necesita apoyo, no juicios”, subrayó Sanabria. “La lactancia no depende solo de la voluntad, sino de que construyamos entornos que protejan y acompañen. Sin apoyo sostenible, millones de bebés seguirán perdiendo la oportunidad de un comienzo más sano”.
En esta Semana Mundial, las historias como la de Ana Pérez nos recuerdan que detrás de cada acto de lactancia hay una mujer que lucha, y que merece ser sostenida, no abandonada.
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