


CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – La República Dominicana sigue enfrentando importantes retos en materia de prevención, vigilancia y diagnóstico de la hepatitis viral, una enfermedad que afecta el hígado y puede causar complicaciones severas como cirrosis o cáncer hepático. Según datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), hasta la semana epidemiológica número 27 de 2025, se han notificado 1,451 casos de hepatitis en el país.
De este total, 910 corresponden a hepatitis B, con una marcada incidencia entre hombres, lo que representa un cambio respecto al patrón de 2024, cuando predominaban los casos en mujeres de entre 30 y 39 años. Ese año se registraron 1,617 casos de hepatitis B a nivel nacional.
Por su parte, la hepatitis C ha mantenido su predominio en mujeres, con 541 casos reportados en lo que va del año. En 2024, esta variante de la enfermedad acumuló 834 casos, también con mayor afectación en el sexo femenino.
Cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, fecha que busca aumentar la conciencia sobre esta enfermedad y fomentar el acceso a pruebas diagnósticas, tratamientos efectivos y medidas preventivas.
Vacunación, prevención y esfuerzos institucionales
El Ministerio de Salud Pública, a través de la Dirección de Inmunoprevenibles por Vacunas (DIV), mantiene activo el Programa Nacional de Vacunación contra la Hepatitis B, enfocado tanto en niños como en adultos. Además, promueve prácticas de higiene, el consumo de agua potable y la manipulación segura de alimentos como medidas clave para prevenir la hepatitis A y B.
Desde 2023, se han fortalecido las acciones para prevenir la transmisión perinatal del virus, como la administración de inmunoglobulina contra hepatitis B en recién nacidos de madres HBsAg positivas y la implementación del tamizaje obligatorio para mujeres embarazadas en los hospitales públicos del país.
Limitaciones y brechas en el diagnóstico
Pese a los avances reconocidos por el ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, como el aumento de la vacunación y el tamizaje, aún persisten grandes desafíos. La falta de acceso universal a pruebas confirmatorias y diagnósticos post-tratamiento obstaculiza la respuesta efectiva ante la hepatitis, especialmente en las zonas más vulnerables.
En el caso de la hepatitis C, las autoridades reconocen que aún no se conoce con exactitud la verdadera carga de la enfermedad en el país. La falta de estudios nacionales de seroprevalencia impide dimensionar su impacto y dificulta la elaboración de políticas públicas basadas en evidencia.
Una amenaza global
A nivel mundial, la hepatitis viral sigue siendo una de las principales causas de muerte por enfermedades infecciosas. De acuerdo con el informe global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2024, la hepatitis causa cerca de 1.3 millones de muertes cada año —unas 3,500 por día—, siendo superada únicamente por la tuberculosis.
En 2022, se estimó que 254 millones de personas vivían con hepatitis B crónica y 50 millones con hepatitis C crónica, pero solo el 13% y 36% respectivamente estaban diagnosticados. De esos, apenas el 3% con hepatitis B y el 20% con hepatitis C recibían tratamiento antiviral.
Próximas acciones
Durante el período 2023–2024, el Programa Nacional de Hepatitis Virales fortaleció vínculos con las unidades de hígado de hospitales de referencia y estableció mecanismos de coordinación con la Dirección de Alto Costo del Ministerio de Salud para asegurar atención y seguimiento a los pacientes diagnosticados.
El Servicio Nacional de Salud (SNS) trabaja en la implementación de estrategias para ampliar el acceso a pruebas confirmatorias y estudios de carga viral, mejorando así la capacidad diagnóstica del sistema de salud frente a esta amenaza silenciosa, pero letal.
La hepatitis viral representa un problema de salud pública urgente y persistente en la República Dominicana, que exige una respuesta integral basada en la prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento efectivo para salvar vidas y proteger a la población.
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