


CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO.- La procuradora general de la República, Mirian Germán Brito, expresó este martes en las memorias de su gestión correspondiente al período 2020-2024, que se va tranquila, conforme con su desempeño en la Procuraduría General.
“El valor que pedí me fue concedido, el coraje me llegó cuando era debido, ni gané ni perdí, solo me marcho tranquila”, expresó Germán Brito.
Durante el evento, Germán Brito destacó los logros alcanzados bajo su liderazgo, enfatizando el compromiso del Ministerio Público con la legalidad y la justicia.
Desde el inicio de su mandato, Germán Brito enfrentó diversos desafíos, pero aseguró que siempre actuó conforme a la ley. Una de sus prioridades fue fortalecer y dignificar la labor de los fiscales, subrayando la importancia de garantizarles condiciones justas y una pensión digna.
"No es justo que un fiscal no reciba su pensión para cubrir sus necesidades básicas", enfatizó Brito.
Precisó que estos han sido cuatro años que no han sido fáciles con disimulados ataques y descalificaciones internas. Manifestando que dedicó la mayor parte de sus años al servicio del sistema de justicia penal, convirtiéndolo con el tiempo en una pasión personal y una misión de vida.
Indicó que el camino no siempre fue fácil, pero las recompensas que solo la satisfacción del deber bien cumplido puede ofrecer son invaluables.
Sostuvo que no ser parte del sistema no necesariamente pone en condiciones de entender las complejidades de las instituciones que lo conforman.
Expresó que, de hecho, sabía muy poco del Ministerio Público más allá de lo legal y normativo, por lo que el aprendizaje ha sido profundo y las lecciones "me acompañarán donde quiera que vaya".
Destacó que el inicio de su gestión se dio en un momento institucional complejo, con muchos cuestionamientos que proyectaban hacia afuera un órgano carente de legitimidad y con acusaciones éticas aún en proceso.
Señaló que en ese contexto, se enfrentó al enorme desafío de reorientar el órgano persecutor hacia la legalidad y la transparencia, y de establecer un compromiso firme con el debido proceso y los derechos fundamentales.
Explicó que intentar cambiar una cultura arraigada genera mucha resistencia, lo cual es natural en el ser humano. Manifestó que resulta incómodo abandonar prácticas arraigadas, especialmente cuando son promovidas por la autoridad competente.
Sin embargo, reconoció que siempre encontró una disposición total por parte del equipo para acompañarla en esta travesía, sin lo cual nada hubiera sido posible.
Indicó que si algo la ha caracterizado en estos cuatro años ha sido la capacidad de "dejar hacer", respetando la autoridad de cada fiscal en su ámbito de actuación y interviniendo solo cuando fue necesario establecer directrices claras para proteger los derechos de poblaciones vulnerables o unificar criterios en la persecución penal de ciertos delitos.
Señaló que sería poco sincero negar que tuvo serias diferencias en muchas ocasiones con sus colegas, alcanzando consenso en algunas y no en otras.
Sostuvo que su visión sobre la forma de dirigir la institución no es compartida por todos, y que las memorias reflejan de manera resumida el extenso y enriquecedor camino recorrido, con sus altibajos, no solo para apoyar los esfuerzos de continuidad, sino también como un legado de integridad.
Germán Brito también rindió homenaje a su madre, María Brito Germán, a quien atribuye gran parte de sus éxitos y méritos. Asimismo, agradeció al personal que la acompañó durante su gestión, destacando especialmente a Malvelis Germán, quien ha colaborado con ella por más de 20 años.
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