
CIUDAD DE MÉXICO.– Lo que inició como una convocatoria impulsada por jóvenes de la Generación Z terminó convirtiéndose en una manifestación masiva que reunió a miles de personas de todas las edades, quienes tomaron las calles de la capital mexicana para exigir justicia, seguridad y el fin de la violencia en el país.
La marcha avanzó por las principales avenidas del centro de la Ciudad de México en un ambiente cargado de indignación social. Al llegar al Palacio Nacional, parte de los manifestantes logró derribar secciones de las vallas metálicas instaladas para proteger el edificio.
Ante la presión de la multitud, las autoridades respondieron utilizando gas lacrimógeno y extintores, con el fin de dispersar a los participantes y evitar el ingreso al recinto presidencial.
El movimiento, que al inicio parecía convocado únicamente por jóvenes, terminó ampliándose a familias, activistas y ciudadanos de diversos sectores, quienes coincidieron en denunciar el aumento de la violencia y exigir acciones inmediatas por parte del Gobierno.
Hasta el momento, no se ha informado sobre detenidos o lesionados, mientras las autoridades mantienen reforzada la seguridad en el centro histórico para evitar nuevos incidentes.

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