Ha sido creciente la idea de los dominicanos de que emigrando es donde encuentran el progreso. Así muchas familias desde las zonas rurales han dejado el país. Incluso, gente con propiedades y bienes suficientes para ser transformadas por sus descendientes que debemos asumir con formación educativa superior a sus padres.
Esa idea ha estado arraigado igual en el orden interno, llenando las zonas urbanas de nuestras ciudades que llegan a vivir la mayoría de las veces en las marginalidades. Eso ha conllevado a que muchas de las culturas productivas han venido perdiendo.
Nuestras políticas de desarrollo no han generado las condiciones para mantener la población en sus zonas, siendo agentes de cambios.