OSAKA.- Un grupo de investigadores de la Universidad de Osaka (Japón) ha creado parches regenerativos para tratar la insuficiencia cardíaca a partir de células madre pluripotentes inducidas (iPSC), un esfuerzo avalado por la prestigiosa revista científica ‘Nature’.
Se trata de las primeras láminas de cardiomiocitos (célula muscular cardíaca) derivadas de células iPS alogénicas (tomadas de diferentes individuos de la misma especie) diseñadas para tratar a humanos y en cuya comercialización trabaja el profesor emérito de esta universidad del oeste de Japón, Yoshiki Sawa, que dijo a EFE que los parches podrían estar en el mercado «en unos tres años».
Medicina alternativa al trasplante
El avance es significativo de por sí para el campo de la medicina, y aún más para Japón, un país con falta de donantes que se convertiría en el primero del mundo en llevar al mercado esta tecnología regenerativa para el corazón de aprobarse su uso.
PorMedTec, compañía de la universidad nipona de Meiji y responsable junto a la estadounidense eGenesis de crear cerdos modificados para trasplantes de órganos a humanos, cifra que, en 2023, sólo un 3 % de las personas que necesitaban un trasplante (de cualquier órgano) pudo recibirlo.
Sawa lidera el grupo de científicos que podría conseguir que en un plazo de alrededor de tres años los hospitales cuenten con este innovador recurso para tratar a pacientes cuyos corazones no bombean como deberían, erigiéndose como alternativa al trasplante o al implante de dispositivos de asistencia ventricular.
Las láminas de cardiomiocitos iPS son capaces de tratar la miocardiopatía isquémica (estrechamiento de las arterias que suministran sangre al corazón, causando que las paredes de este órgano se vuelvan más delgadas y no pueda bombear bien) y han sido probadas con éxito en ocho pacientes nipones, relata Sawa, resultados que calificó de «prometedores» la revista ‘Nature’ en un artículo en agosto de 2022.
Tejido muscular cardíaco de laboratorio
Dispuestos en placas de cultivo y frascos, dos parches fueron mostrados por el profesor en una visita de la prensa internacional en Japón a su laboratorio de Osaka, con motivo de la Exposición Universal que la ciudad acogerá en 2025 y donde se exhibirá un «corazón iPS».
Limitados todavía a latir en salas de ensayo, una vez el conocimiento de los científicos creadores se transfiera más allá del laboratorio, las láminas aspiran a salvar la vida de los pacientes que mueren esperando trasplantes de corazón.
La tecnología empleada, las iPSC, son un nuevo tipo de células madre pluripotentes generadas por primera vez en 2006 en ratones y representan un recurso potencialmente importante para aplicaciones en medicina regenerativa, de acuerdo con el Centro para la Investigación y la Aplicación de Células iPS de la Universidad de Kioto (CiRA).
Las iPSC, que derivan de células adultas, pueden diferenciarse en cualquier tipo de célula del cuerpo y proliferar en su cultivo indefinidamente, y fue pionero en conseguirlas el científico nipón Shinya Yamanaka, que formaba parte del grupo investigador responsable del proyecto en sus inicios.
Parches con ADN Nobel
Yamanaka fue Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2012 por demostrar que «las células maduras pueden reprogramarse para volverse pluripotentes».
El mismo año, evidenció junto al equipo la eficacia del método en cerdos, lo que dio lugar al inicio de un ensayo clínico encabezado por Sawa, que utilizó láminas de mioblastos (célula precursora de las fibras musculares) ante la insuficiencia cardíaca grave.
En 2017, el grupo de científicos se constituyó bajo el nombre CUORiPS como empresa, que cotiza en bolsa y fue seleccionada en 2023 para establecerse en Silicon Valley (California, Estados Unidos) como parte del centro de negocios allí del Ministerio de Economía, Comercio e Industria japonés.
En 2020 la firma llevó a cabo su segundo estudio clínico que demuestra la eficacia de las láminas de cardiomicitos iPS contra la miocardiopatía isquémica, según Sawa, quien confía en una pronta aprobación de los parches por parte del Gobierno de Japón.
«Debemos concluir (la aprobación) para salvar a los pacientes», demanda el investigador.
Desarrollar células iPS que reproduzcan latidos requiere tres meses, pero para obtener las láminas dos semanas bastan, y Sawa estima que el tratamiento con los parches rondaría los 15 millones de yenes (86.520 euros), cinco (o 28.840 euros) por cada uno de los tres parches necesarios por paciente, aunque sería el Ejecutivo nipón el encargado de fijar su coste.