


CAFÉ DIARIO, ESTADOS UNIDOS (AFP). – Un reciente estudio realizado por neurocientíficos italianos de la Universidad Politécnica de Marche, liderados por el Dr. Michele Bellesi, ha revelado que la falta prolongada de sueño puede desencadenar una actividad anormal en el cerebro, provocando la eliminación de neuronas y la pérdida de conexiones sinápticas. Lo más alarmante es que este daño podría no ser reversible, incluso con la recuperación del sueño.
El estudio, publicado en el Journal of Neuroscience, analizó la respuesta del cerebro a la privación de sueño en ratones y encontró un fenómeno preocupante: cuando el cuerpo no duerme lo suficiente, los astrocitos, células encargadas de la manutención y el correcto funcionamiento de las sinapsis, comienzan a eliminar componentes clave de las conexiones neuronales. Este proceso, conocido como fagocitosis astrocítica, ocurre de manera natural durante el descanso, pero se intensifica de manera perjudicial cuando el sueño es insuficiente.
El impacto de la privación del sueño en el cerebro
El equipo de investigadores dividió a los ratones en cuatro grupos con diferentes hábitos de sueño y descubrió que aquellos que habían sido privados del sueño por varios días presentaban un aumento significativo en la actividad de los astrocitos. Además, la actividad fagocítica de las células microgliales, responsables de eliminar células viejas y dañadas, también se incrementó en estos ratones. Este hallazgo es particularmente preocupante, ya que la hiperactividad de las microglías se ha vinculado con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Consecuencias a corto y largo plazo
El sueño cumple una función vital en la reparación de tejidos, eliminación de sustancias tóxicas y reposición de energía en el organismo. La falta de sueño no solo afecta el desempeño físico y cognitivo a corto plazo, sino que también podría tener consecuencias graves e irreversibles en la salud cerebral.
Si bien el estudio fue realizado en ratones, los expertos advierten que los resultados podrían extrapolarse a los humanos, ya que compartimos una alta similitud genética con estos animales. Estos hallazgos subrayan la importancia de mantener una rutina de sueño saludable para preservar la función cerebral y prevenir enfermedades neurodegenerativas a largo plazo.
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