


CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO.-Justin Bieber tenía un sonido en la cabeza, algo como “bam, bam, ba, ba, bam”. Sin partituras, sin notas. Lo describió con la voz, y toda una orquesta logró transformar esa idea en una pieza real. Violines, violonchelos, solos, staccato… todo salió de lo que solo existía en su mente.
Sin formación clásica, Justin fue guiando a los músicos: señaló cuándo quería algo más suave, más dramático, sugirió instrumentos e incluso estilos. Todo de oído. Tiene un instinto musical impresionante. Él escucha la música antes de que exista.
Desde pequeño, Justin ya tocaba batería, guitarra, piano y trompeta. Compone, crea arreglos y sabe exactamente lo que quiere en cada canción. Esa escena con la orquesta demuestra que no es solo un cantante, es un músico de verdad.
No Comments yet!