


CAFÉ DIARIO, NUEVA DELHI/PEKÍN. – El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, inicia este lunes una visita de dos días a la India para copresidir un diálogo sobre disputas fronterizas, en un encuentro de alto nivel que escenifica el pragmático y acelerado deshielo en las relaciones entre los dos gigantes asiáticos, forzado por la agresiva política de aranceles de Estados Unidos.
Wang, que aterriza esta tarde en la capital india, tiene previsto reunirse hoy mismo con su homólogo indio, S. Jaishankar. Sin embargo, el punto central de la agenda tendrá lugar mañana martes, cuando Wang Yi y el asesor de Seguridad Nacional indio, Ajit Doval, encabecen la 24ª Reunión de los Representantes Especiales para la Cuestión Fronteriza.
Este acercamiento, que busca reconstruir los puentes rotos tras los mortales enfrentamientos fronterizos de 2020, llega en un momento de máxima tensión comercial entre Nueva Delhi y Washington, con la imposición de un arancel del 50% por parte de la administración de Donald Trump.
Un deshielo sobre hielo fino
La base para esta visita, según declaró la portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, es la voluntad de “aplicar de forma sería el importante consenso alcanzado por los líderes de ambos países”.
Este entendimiento se produjo en diciembre de 2024, durante la primera reunión en cinco años de los Representantes Especiales. Sin embargo, los comunicados emitidos entonces revelaron que mientras la India insiste en que la paz en la frontera es una precondición para normalizar los lazos, China busca compartimentar el conflicto militar para avanzar en otras áreas como la económica.
Pese a esta diferencia de fondo, los gestos de acercamiento se han multiplicado. La India reanudó en julio la expedición de visados a ciudadanos chinos por primera vez desde 2020, y ambas partes negocian la reapertura del comercio fronterizo y la reanudación de los vuelos directos.
Pragmatismo y el debate interno
El exsecretario de Exteriores Vijay Gokhale argumentaba recientemente en un editorial en The Times of India que, ante las dificultades con EE.UU., «China empieza a parecer mejor que en cualquier otro momento de los últimos cinco años».
Otros voces, como la del también exsecretario de Exteriores Shyam Saran, expresan mayor cautela. «Su enfoque es hacerle saber a la India que no estamos en la misma liga que ellos», dijo Saran en declaraciones recogidas por diversos medios indios, advirtiendo de la actitud condescendiente de Pekín.
El factor Rusia
El ministro de Exteriores indio, S. Jaishankar, viajará a Moscú el 21 de agosto, en otra manifestación de la doctrina de “autonomía estratégica” de la India, que busca equilibrar sus relaciones con potencias rivales.
El propio Jaishankar ha descrito esta política como la búsqueda de “extraer tantas ganancias como sea posible de tantos lazos como sea posible”.
El académico Long Xingchun, de la Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan, señaló en declaraciones al Global Times que “la normalización sigue supeditada a las relaciones económicas y los intercambios personales, lo que exige reanudar los vuelos regulares; esas áreas son la prioridad urgente”.
Otro obstáculo estructural para una normalización genuina sigue siendo la alianza “a toda prueba” de Pekín con Pakistán, el principal adversario de la India, un factor de desconfianza para Nueva Delhi.
La visita de Wang Yi a la India esta semana será, por tanto, un termómetro clave para medir hasta qué punto la presión de un rival común puede acelerar el acercamiento entre dos potencias con una larga y profunda historia de competencia.
Se espera que, si los contactos avanzan, el primer ministro Modi viaje a China a finales de agosto para asistir a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), en la que sería su primera visita en siete años.
Fuente: EFE
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