CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – El café dominicano continúa consolidando su presencia en los mercados internacionales y marcando hitos sin precedentes. Según cifras recientes de ProDominicana, las exportaciones de café alcanzaron en 2024 un valor de US$41.1 millones, lo que representa un crecimiento interanual del 106.6 %, impulsado por una estrategia nacional centrada en el fortalecimiento de la producción y el posicionamiento en nichos internacionales.
Puerto Rico y Estados Unidos se mantienen como los principales destinos del grano criollo, que cada vez gana mayor reconocimiento por su calidad y origen. Este impulso ha sido resultado de políticas públicas enfocadas en la agroproducción, así como de una renovada percepción del café como un símbolo de identidad nacional y emblema de calidad.
El Observatorio Gastronómico Dominicano (OGD), iniciativa de la Fundación Sabores Dominicanos, destacó que entre 2019 y 2023 la producción nacional de café experimentó un crecimiento del 68 %, consolidando lo que ha sido descrito como un verdadero resurgir del sector cafetalero.
Por primera vez en años, el país exporta más café del que importa, lo que refleja no solo un cambio estructural en la producción, sino también un salto cualitativo en la cadena de valor. Un dato relevante del primer trimestre de 2025 señala que el 76.9 % del café exportado fue tostado sin descafeinar, lo que demuestra el compromiso del país por exportar un producto con valor agregado y sello criollo.
“Este desempeño del café dominicano no solo representa un logro económico, sino un paso firme hacia la consolidación de nuestra identidad gastronómica en los mercados globales”, afirmó el equipo técnico del Observatorio Gastronómico Dominicano.
ProDominicana, entidad encargada de promover los productos y servicios del país en el exterior, ha jugado un papel clave en este crecimiento al acompañar al sector cafetalero en la apertura de nuevas oportunidades de negocio.
El Observatorio reafirmó su compromiso con la generación de conocimiento útil para la toma de decisiones en materia gastronómica, cultural y de políticas públicas, al tiempo que llamó a seguir valorizando la agroproducción como pilar estratégico de la economía dominicana y expresión viva de la dominicanidad.
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