


La buena nutrición y los hábitos saludables son claves para prevenir enfermedades y conservar la vitalidad en la madurez
CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – Cumplir 50 años marca un punto de inflexión en la vida. A partir de esta edad, el cuerpo experimenta cambios metabólicos y hormonales que pueden afectar la energía, la masa muscular y el bienestar general. Sin embargo, especialistas en nutrición y medicina preventiva aseguran que una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico pueden ayudar a mantener la salud y la calidad de vida durante esta etapa.
De acuerdo con médicos y nutricionistas, una dieta adecuada puede prevenir o retrasar enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial o la osteoporosis.
Entre las principales recomendaciones destacan:
- Aumentar el consumo de proteínas (carnes magras, huevos, legumbres, lácteos bajos en grasa) para preservar la masa muscular.
- Incluir calcio y vitamina D mediante lácteos, vegetales de hoja verde y una exposición solar moderada, fundamentales para fortalecer los huesos.
- Incorporar grasas saludables, presentes en pescados azules, nueces, semillas y aguacate, que benefician el corazón y el cerebro.
- Aumentar la fibra dietética a través de frutas, verduras y cereales integrales, lo que contribuye a controlar el peso y mejorar la digestión.
Qué evitar y qué priorizar
Los especialistas coinciden en que a esta edad es necesario reducir el consumo de sal, azúcar añadida, harinas refinadas y alimentos ultraprocesados, ya que incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y sobrepeso.
En su lugar, se recomienda priorizar alimentos frescos y de temporada, como frutas del bosque, verduras verdes, legumbres, pescados magros y frutos secos, que aportan nutrientes esenciales y antioxidantes naturales.
Ejercicio y controles médicos, pilares del bienestar
La alimentación saludable debe complementarse con una actividad física constante, especialmente ejercicios de fuerza y caminatas diarias, que ayudan a fortalecer huesos, conservar la masa muscular y activar el metabolismo.
Además, los expertos recomiendan realizar controles médicos periódicos que incluyan análisis de glucosa, colesterol, función hepática y renal, así como estudios específicos según el sexo y la edad, como colonoscopías o evaluaciones prostáticas.
Vitalidad y prevención a largo plazo
Adoptar una rutina integral de bienestar —basada en una dieta balanceada, ejercicio, hidratación adecuada y chequeos médicos regulares— puede marcar una gran diferencia en la vitalidad y longevidad después de los 50.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo resume claramente: “Una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición y las enfermedades crónicas”.
Así, más que una cuestión estética, mantener hábitos saludables a partir de los 50 es una decisión de prevención y calidad de vida, que permite envejecer con energía, autonomía y bienestar.
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