


CAFE DIARIO, SANTO DOMINGO.- La línea 2C del Metro de Santo Domingo, que se construye desde el kilómetro 9 de la autopista Duarte hasta el municipio Los Alcarrizos, ya muestra signos de deterioro, a pesar de que la obra aún no ha sido concluida.
El ingeniero Jesús Manuel Fernández Mañón, inspector de corrosión certificado en Estados Unidos, señaló que en varias zonas del viaducto se observan varillas en proceso de oxidación y mineral calcita en el concreto, señales iniciales de degradación.
“Lo que estamos viendo es carbonatación del cemento. El agua ya está penetrando la estructura, y si no se sella a tiempo, la corrosión terminará comprometiendo el acero y la vida útil de la obra”, explicó Fernández Mañón durante el recorrido de un equipo del programa El Informe con Alicia Ortega junto a especialistas en corrosión y estructuras.
El ingeniero advirtió que la lluvia ácida, fenómeno documentado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, acelera estos daños, al reducir el pH del agua que se filtra en el concreto. “Si no se corrige, en poco tiempo estaría destruido”, afirmó.
Reacciones químicas y riesgos estructurales
De su lado, el ingeniero estructuralista Andrik Soto detalló que las filtraciones y manchas blanquecinas corresponden a reacciones químicas del agua con el cemento, agravadas por la exposición ambiental.
Indicó que este tipo de procesos puede generar desprendimientos conocidos como “efecto cocodrilo”, donde el concreto se agrieta y se ahueca por falta de curado adecuado.
Soto también señaló que, en otras infraestructuras similares, como puentes y sistemas ferroviarios en Estados Unidos, se utilizan recubrimientos especializados y drenajes masivos para prevenir que el agua se estanque.
La respuesta de la Opret
Durante la inspección, el ingeniero José Adolfo Herrera, asistente técnico del director ejecutivo de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), reconoció los problemas, pero aseguró que forman parte del proceso constructivo y cuentan con soluciones técnicas.
“Estamos dentro del presupuesto y del margen que nos permite la ley. El problema apareció ahora y lo vamos a resolver sellando las estructuras con los materiales adecuados”, dijo Herrera, al tiempo que confirmó que aún no se ha determinado el producto específico para impermeabilizar.
El funcionario explicó que se estudian opciones de recubrimientos modernos y que la decisión se tomará a finales de septiembre. Calculó que una vez definido el material, los trabajos de sellado e impermeabilización podrían completarse en 30 días, siempre que no haya lluvias.
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