Tres hechos en la semana que transcurrió hicieron inspirarme a escribir el presente artículo. El primero, un amigo caminante del Parque Mirador Sur me preguntó, ¿Cuántas veces has leído a Keynes?, el segundo, acerca de algunos resultados del décimo censo de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y, el tercero, el debate entre los candidatos presidenciales de los Estados Unidos, Joe Biden y Donald Trump. Referente a la pregunta, le respondí, he leído a Keynes, a sus críticos y a quienes lo han seguido. Sobre el censo, la ONE informó acerca de varias razones por las cuales ha descendido la tasa de crecimiento de la población. En cuanto al debate, un octogenario y otro casi, acapararon la atención política internacional y estadounidense.
Mencionado los tres hechos, pueda que a primera vista no resulten vinculantes, pero haciendo un esfuerzo menor, nos damos cuenta que existe una relación. John Maynard Keynes falleció cuando tenía unos 63 años y su principal obra fue ser el creador de la macroeconomía moderna, con su teoría general del empleo y el interés, libro publicado al tener 53 años de edad, cuando para la época (1936), la esperanza de vida en Inglaterra rondaba los 61 años; por lo tanto, en aquellos tiempos Keynes podía ser considerado “viejo”; sin embargo, su obra intelectual aun tiene vigencia en una gran parte de las economías del mundo, a pesar del nacimiento del neoliberalismo y Milton Friedman, que se contrapone y que también, hoy es modelo en muchos gobiernos de países desarrollados y no. Friedman, quien falleció a los 94 años (2006), continúa siendo fuente de inspiración para pensadores y hacedores de políticas públicas. Keynes influyó en la resolución de la depresión económica del 1929 y el legado de Friedman, le sirvió de apoyo a la Reserva Federal en la salida a la crisis financiera del 2008.
La esperanza de vida al nacer en los Estados Unidos en la época de Friedman, era de algo más de 60 años; de manera que, tanto Keynes como Milton, podían ser considerados como “viejos” en la jerga de algunos, a pesar de sus valiosas contribuciones en la edad avanzada de sus vidas, a lo que hoy conocemos como las dos macroeconomías modernas, la primera con la intervención de la economía por parte del Estado y, la segunda, con la postura monetarista y de libre mercado.
Hoy día, en el mundo, la población es más longeva, la esperanza de vida media al nacer es de 71.5 años de edad. En varios países de Europa supera los 80 años, en Asia, alcanza los 74 años, en Estados Unidos cerca de los 80 años y en América Latina unos 74 años. Mientras que, por su lado, la tasa de natalidad mundial continua en descenso y hoy en muchos países no supera la tasa de fertilidad de reemplazo, que es de un 2.1 hijos por mujer y en algunas regiones en el mundo, como la de Europa no llega 1.6.
Estos hechos, la baja fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, hacen que los paradigmas sobre los juicios de los ciclos de la vida estén cambiando y el enfoque binario sobre la edad, de jóvenes y viejos, está en mutación acelerada. Desde los estilos de vida, como los de personas sobre los 65 años haciendo ejercicios físicos con modelos sin precedentes, hasta los criterios para la edad de jubilación en muchas economías/naciones, que hoy día son distintos al pasado, aumentado hasta los 67 años o incrementando los años de aportes a su plan de retiro.
En el caso del dato ofrecido por la ONE, revela que, en los últimos 12 años, la tasa media anual de crecimiento ha descendido desde el año 1935 hasta el censo del 2022, pasando de un 3.56 % a un 1.11 %, por otro lado, la propia ONE en su portal web publica que la tasa de natalidad es en la actualidad de un 2.14, una muestra de la disminución, la que proyectada para el 2030 será de un 2.04, inferior a la tasa de reemplazo que es de 2.1. Respecto a la esperanza de vida al nacer, en dominicana desde el 2010 al 2023 ha mejorado, al pasar de 72 a 74 años
En cuanto al debate de los candidatos presidenciales en el país que más incide en el mundo, los Estados Unidos, un blanco de público importante le dio seguimiento, a juzgar por las publicaciones en los principales diarios del mundo y en las redes sociales, lo que evidencia la atención recibida por una población heterogénea en edad, sexo y preferencias, pareciendo que no valoró los años de los candidatos, sino lo que podían decir. En el caso del debate, el presidente actual tiene 81 años y el expresidente 78, entre ambos suman 159 años
Marginalmente podemos mencionar los casos de la anciana (Virginia Hislop) que logró alcanzar su título de maestría a los 105 años de edad en la universidad de Stanford, luego de largos años con situaciones adversas. Otra mujer a los 71 años (Joyce Viola Kane), obtuvo su grado de licenciatura que había interrumpido por años, completando sus estudios en otoño del 2022, gracias a que pudo recibir sus clases en forma virtual. Ambos son muestras de que en estos tiempos la población envejece con más independencia y mayor vitalidad, una evidencia de que la esperanza de vida no solo ha aumentado en años, sino, además, en vida saludable.
Como ha podido apreciar el lector, el desarrollo tecnológico que abarca, incluso, a la medicina, los cambios en los estilos de vida, el aumento de la esperanza de vida y la reducción de la tasa de fecundidad, han estado incidiendo a favor de los cambios en los paradigmas sobre los ciclos de la vida en humanos; de manera que, tenemos en dominicana la oportunidad de no descalificar a las personas porque es muy joven y no tiene experiencia o el otro extremo, porque eres adulto mayor, estas desactualizado y por lo tanto, no hábil para ser productivo. Los que aún se aferran a ese enfoque binario, tienen la oportunidad de acoger lo bueno de cada ciclo de la vida y tener mucho cuidado a querer “jubilar” a alguien por ser considerado un “viejo”, o simplemente por ser joven, creerse que es el pasaporte con visa al éxito.
Por: Haivanjoe NG Cortiñas