
CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – “Decimos unas 16.000 palabras al día, pero nuestro lenguaje corporal está activo las 24 horas”, afirma Juan Manuel García “Pincho”, experto en ciencias del comportamiento, comunicación no consciente y negociación de incidentes críticos. Según él, comunicamos más con lo que callamos que con lo que decimos.
García, considerado el mayor experto en España en comunicación no consciente, ha desarrollado un método de análisis del lenguaje corporal que puede aplicarse en múltiples contextos: desde una entrevista laboral o una reunión profesional, hasta una discusión de pareja o un encuentro social. Su objetivo, señala, es aprender a leer las señales del cuerpo para comprender mejor a los demás y gestionar mejor nuestras propias emociones.
“Todo lo que decimos y que se sitúa en el ámbito puramente verbal solo ocupa el 7%. Los comportamientos no verbales constituyen entre el 60 y el 65% de la comunicación interpersonal y, en algunos casos, pueden llegar al 100%”, asegura.
Juan Manuel García cuenta con una destacada trayectoria profesional: fue miembro durante 18 años de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, considerada “el FBI español”. Además, está acreditado por el psicólogo estadounidense Paul Ekman en detección de microexpresiones y se formó con el FBI estadounidense en negociación de incidentes críticos y análisis del comportamiento.
A lo largo de su carrera, se ha especializado en evaluación de la veracidad, perfilación, análisis conductual y neuroinfluencia, aplicando sus conocimientos tanto en operaciones policiales como en la enseñanza y divulgación científica. Es también autor del libro Ciencias del comportamiento, donde enseña cómo analizar gestos y microexpresiones para “leer a las personas en una sociedad hiperconectada pero llena de malentendidos”.
Para “Pincho”, la comunicación no consciente es una de las dimensiones más sutiles del ser humano, y una herramienta poderosa para entender lo que las palabras intentan ocultar.
“Las conductas no verbales revelan el verdadero estado emocional del individuo. Como el cuerpo actúa sin filtro consciente, sus mensajes suelen ser mucho más sinceros que los verbales”, explica.
El especialista advierte, sin embargo, que no existen gestos universales que revelen de forma absoluta una mentira o una intención oculta. “Tocarse la nariz o cruzarse de brazos no siempre significan lo que pensamos. Debemos interpretar señales dentro de un contexto”, señala.
García recomienda observar la congruencia entre el lenguaje verbal y no verbal. “Cuando alguien dice una cosa, pero su cuerpo expresa otra, es ahí donde aparece el indicio”, sostiene.
Solo algunos estudios científicos han identificado reacciones fisiológicas asociadas a la mentira, como la dilatación de las pupilas o los cambios de temperatura en la nariz y la frente, aunque son difíciles de aplicar fuera del laboratorio.
Entre los indicios de buenas intenciones, García menciona la relajación muscular, la ausencia de tensión corporal y la postura abierta o expansiva. En cambio, los signos de malas intenciones o rechazo pueden incluir tensión corporal, aumento del parpadeo, gestos de desagrado y posturas defensivas.
Si una persona oculta información importante, su cuerpo puede reaccionar involuntariamente: interponer la mano o un dedo en la boca, o adoptar lo que el experto denomina “la boca en ostra”, un gesto en el que los labios se ocultan dentro de la boca, indicando una contención verbal: “Te diría algo, pero no voy a hacerlo”.
Para García, comprender el lenguaje corporal no es solo una herramienta para descubrir mentiras, sino una forma de fortalecer las relaciones humanas y mejorar la comunicación.
“Analizar el comportamiento humano nos ayuda a conocernos mejor, desarrollar la empatía, prevenir conflictos y comunicarnos de forma más efectiva”, concluye.

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