Megan King, que ahora tiene 35 años, tenía 16 cuando se cayó mientras saltaba hacia una pelota durante un partido de fútbol en la clase de gimnasia, lesionándose el tobillo derecho y la columna vertebral y desgarrándose el músculo de ambos omóplatos.
A lo largo de los años, se sometió a 22 cirugías solo en los hombros y los omoplatos, mientras los médicos se preguntaban por qué su cuerpo no podía sanar.

Pasaron 10 años hasta que en 2015 a King le diagnosticaron el síndrome de Ehlers-Danlos hipermóvil (hEDS, por sus siglas en inglés), un trastorno genético que impide que el colágeno (un tejido articular clave) se forme correctamente lo que provoca inestabilidad articular.
Un año después, el cuello de King se dislocó por lo que le colocaron un aparato ortopédico Halo, un brutal artilugio que se atornilla directamente al cráneo para evitar que el cuello se mueva.
Durante el proceso de extracción del dispositivo, su cráneo se desprendió de su columna vertebral, lo que provocó que King sufriera una “decapitación interna” casi mortal, conocida como dislocación atlantooccipital.
De inmediato, la mujer fue llevada de urgencia a una cirugía, donde los médicos le fusionaron el cráneo a la columna vertebral. "Fue un horror. Me desperté sin poder mover la cabeza", dijo.

La mujer logró sobrevivir a la terrible decapitación, que conlleva una tasa de mortalidad del 90% debido a la probabilidad de que las señales nerviosas entre el cerebro y el cuerpo se dañen, lo que provoca parálisis en órganos vitales como los pulmones y el corazón.
Ya ha tenido 37 cirugías y sigue fusionada desde el cráneo hasta la pelvis, lo que significa que ya no puede mover la cabeza hacia arriba, abajo, izquierda o derecha.
Poco a poco, King está recuperando la capacidad de retomar las aficiones que tenía antes de aquella fatídica caída de hace 20 años. Esto incluye una reciente salida a jugar a los bolos.
"No tenía pensado jugar. Solo estaba allí para ver a mis amigos. Pero algo dentro de mí me dijo: "¿Por qué no intentarlo?". Lancé un strike en mi primer intento. Mis amigos gritaron, aplaudieron y vitorearon como locos. No solo celebraban el strike. Celebraban todo lo que he sobrevivido.
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