


CAFE DIARIO, REDACCION.- Dakota Johnson, actriz y modelo estadounidense de 35 años, sorprendió al declarar que puede dormir hasta 14 horas seguidas y que no se considera funcional si descansa menos de 10 horas. “Dormir es mi prioridad número uno en la vida”, afirmó y aclaró que no lo hace todos los días, pero que puede lograrlo “sin necesidad de tomar nada”.
Sus declaraciones generaron una oleada de comentarios en redes sociales. Mientras algunos usuarios celebraron su franqueza, otros cuestionaron si una rutina tan prolongada de sueño es realista o saludable. Johnson —hija de Melanie Griffith y Don Johnson, y expareja del músico Chris Martin— vive actualmente en Malibú, California, y combina su intensa vida profesional con hábitos orientados al bienestar como el yoga caliente, pilates, entrenamiento con pesas y la meditación trascendental.
Según los consensos médicos, la cantidad de sueño necesaria para adultos oscila entre 7 y 9 horas por noche. Sin embargo, expertas en cronobiología como la doctora María Juliana Leone, investigadora del CONICET, profesora en la Universidad Nacional de Quilmes y en la Universidad Torcuato Di Tella, explican que hay una variabilidad importante entre individuos.
“Algunas personas pueden requerir dormir más o menos debido a variaciones genéticas, ambientales o del estilo de vida”, señaló en diálogo con Infobae. Y agregó: “Entiendo que declaró que ‘puede dormir 14 horas’, no que necesita dormir 14 horas. Más allá de esa aclaración, no hay evidencia clara de que dormir mucho sea perjudicial en sí mismo”.
Leone destacó la relevancia del mensaje de Johnson en un contexto donde el sueño suele verse como una pérdida de tiempo: “Me parece sumamente importante que una persona con su popularidad declare públicamente que le da prioridad a su sueño, cuando cada vez hay más evidencia de que dormir poco se asocia con consecuencias negativas a corto y largo plazo”.
“Sabemos que tener un adecuado reposo nocturno, tanto en cantidad como en calidad, nos hace vivir más y mejor”, explicó a Infobae el doctor Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas. “No en vano, hace algunos años, la Asociación Americana del Corazón incluyó el sueño entre los ocho esenciales de la vida, que son condiciones o factores de riesgo que debemos promover en cada consulta para mejorar la salud cardiovascular, neurológica y, en definitiva, para vivir más y mejor”.
El impacto del mal descanso en la salud
Dormir mal o poco no solo afecta el rendimiento diario: también altera funciones fisiológicas clave. “Una sola noche de mal sueño afecta el metabolismo y altera la forma en que el cerebro percibe la comida”, explicó la profesora Joanna Fong-Isariyawongse, de la Universidad de Pittsburgh. Estudios de laboratorio muestran que, con apenas 4 o 5 horas de sueño, los adultos reportan más hambre y antojos de alimentos calóricos, junto con una reducción en el autocontrol.
Además, dormir poco desregula las hormonas del apetito: leptina (que genera saciedad) y grelina (que estimula el hambre). También disminuye la sensibilidad a la insulina, lo que favorece el aumento de peso y eleva el riesgo de diabetes tipo 2 y síndrome metabólico. La falta de sueño eleva, además, los niveles de cortisol, la principal hormona del estrés, lo que puede favorecer el almacenamiento de grasa abdominal.
Desde la Fundación del Sueño de Estados Unidos, se afirma que el equilibrio hormonal que regula el apetito, la digestión y el metabolismo depende directamente del descanso adecuado. Y, si bien dormir más de 9 horas no es lo habitual en la mayoría de los adultos, su impacto depende del contexto. “La relación entre dormir más y los trastornos de salud no es necesariamente causal”, subrayó Leone.
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