CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – El consumo excesivo de alcohol es un tema de discusión frecuente y, en términos de salud, representa un área de estudio constante. Una afirmación impactante circula con frecuencia: “En una borrachera muere un millón de neuronas que jamás se reponen.” Pero ¿qué tan precisa es esta afirmación?
El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central, y sus efectos en el cerebro no se hacen esperar. A corto plazo, su consumo modifica los niveles de neurotransmisores, afectando el estado de ánimo, la claridad mental y la coordinación motora. Aunque estos efectos pueden ser reversibles, el verdadero riesgo se da con el consumo sostenido y excesivo de alcohol, que lleva a consecuencias más permanentes y graves.
¿Realmente Muere un Millón de Neuronas?
La idea de que una borrachera mata un millón de neuronas es una afirmación llamativa, pero la realidad es más compleja. Estudios científicos muestran que el cerebro humano tiene aproximadamente 86 mil millones de neuronas, y aunque el alcohol sí puede dañar las células cerebrales, la cifra de un millón es exagerada. Más que una medida exacta, esta afirmación es un símbolo de los posibles daños a los que el cerebro se expone con el abuso del alcohol. El nivel de daño cerebral está ligado a factores como la cantidad y frecuencia de consumo, la edad y la genética.
Efectos a Largo Plazo: Riesgos Neurológicos y Cognitivos
El consumo excesivo y prolongado de alcohol puede llevar a una reducción en la masa cerebral y provocar trastornos cognitivos graves. Enfermedades como la encefalopatía de Wernicke y el síndrome de Korsakoff son algunas de las consecuencias neurológicas relacionadas con el abuso del alcohol. Estos trastornos, si bien pueden sonar lejanos, son devastadores y se traducen en pérdida de memoria, problemas de aprendizaje y alteraciones graves en la personalidad y el comportamiento.
Promoción de un Consumo Responsable
La educación sobre los efectos del alcohol y la promoción de un consumo consciente y moderado son herramientas clave para proteger la salud cerebral. Saber que el consumo excesivo de alcohol no solo tiene un impacto inmediato, sino que puede dejar secuelas duraderas, debería incentivar la toma de decisiones informadas y responsables.
La afirmación de que “una borrachera mata un millón de neuronas” puede no ser exacta, pero sirve como recordatorio de que el abuso del alcohol tiene consecuencias reales y serias en el cerebro.
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