CAFÉ DIARIO, NUEVA YORK (EFE). – Veintiocho grandes ciudades de Estados Unidos, incluidas Nueva York, Dallas y Seattle, están experimentando un proceso de hundimiento del terreno que podría comprometer seriamente sus infraestructuras. Así lo revela un reciente estudio publicado en la revista Nature Cities, llevado a cabo por investigadores del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia. Las ciudades afectadas albergan a unos 34 millones de personas y presentan áreas urbanas que se están hundiendo, principalmente debido a la extracción excesiva de aguas subterráneas.
El equipo de investigación utilizó mediciones de radar por satélite para monitorear el movimiento del terreno bajo las urbes más densamente pobladas del país. Los resultados mostraron que en el 20 % de las áreas urbanas de las 28 ciudades analizadas se registran signos de hundimiento. En 25 de ellas, este fenómeno afecta al 65 % del territorio, situando a más de 29.000 edificios en zonas de alto riesgo de daños estructurales.
"Muchos pequeños cambios se acumulan con el tiempo, magnificando los puntos débiles de los sistemas urbanos y aumentando el riesgo de inundaciones", advirtió Leonard Ohenhen, autor principal del estudio. El investigador explicó que cuando el terreno desciende, aunque sea de forma mínima, puede comprometer gravemente la integridad de edificios, carreteras, puentes y presas.
La extracción de agua subterránea es uno de los factores más críticos detrás del fenómeno. A medida que las ciudades crecen y aumentan sus demandas de agua, la extracción desmesurada de acuíferos puede ocasionar su colapso, exacerbando el hundimiento del terreno.
Manoochehr Shirzaei, coautor del estudio y profesor asociado del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, alertó sobre los peligros de este proceso: "Las infraestructuras pueden verse comprometidas silenciosamente a lo largo del tiempo, y los daños solo se hacen evidentes cuando son graves o potencialmente catastróficos".
Ante esta situación, los expertos instan a las autoridades a tomar medidas preventivas y a implementar estrategias de monitoreo continuo para mitigar los riesgos y proteger las infraestructuras críticas de las ciudades en riesgo.
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