


CAFÉ DIARIO, SANTO DOMINGO. – La dependencia excesiva del teléfono móvil, cada vez más presente en la vida cotidiana, está generando preocupaciones entre especialistas en salud mental, quienes advierten sobre los riesgos de una adicción silenciosa pero dañina: la nomofobia, el miedo irracional a estar sin el celular.
Según psicólogos consultados, este comportamiento compulsivo puede provocar consecuencias graves como depresión, ansiedad, estrés crónico, insomnio y baja autoestima. El psicólogo clínico Filader Mejía advirtió que el celular, aunque útil, es un "arma de doble filo". “Si los usuarios aplican inteligencia emocional, pueden obtener beneficios, pero la dependencia lo convierte en un riesgo tan serio como el cigarro, el alcohol o los juegos de azar”, sostuvo.
La psicoterapeuta Rudelania Valdez coincidió en que el uso desmedido de dispositivos móviles afecta profundamente la salud mental, principalmente en jóvenes. Explicó que, ante situaciones emocionales complejas, los usuarios buscan en las redes sociales una vía de escape que a largo plazo genera deterioro cognitivo, aislamiento, impulsividad y problemas de identidad. “Es importante hacer una higiene digital, hacer ejercicio, fijar límites y ser selectivos en el contenido que consumimos”, recomendó Valdez.
Estudio revela alta prevalencia de adicción al celular en estudiantes
Un estudio realizado por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en Santiago mostró que más del 30% de los adolescentes y casi el 50% de los estudiantes de medicina presentaban signos de adicción al smartphone.
En detalle, la investigación titulada “Prevalencia de adicción al teléfono inteligente en adolescentes de 13-17 años”, realizada entre enero y abril de 2019 con una muestra de 488 estudiantes de ocho centros educativos públicos, arrojó un 31.4% de prevalencia de adicción, y reveló además que un 72.4% de los afectados presentaba síntomas de depresión, 56.5% ansiedad y 46.1% insomnio.
El segundo estudio, enfocado en estudiantes de medicina de entre 20 y 24 años, reflejó una prevalencia aún mayor: 48.8% de los participantes fueron identificados como adictos al celular. Ambas investigaciones fueron publicadas por la revista Anales de Medicina PUCMM en 2020.
¿Cómo enfrentar esta adicción?
Organismos internacionales y centros de salud, como el Hospital Internacional de Colombia, recomiendan adoptar estrategias para mitigar los efectos negativos del uso excesivo de pantallas. Entre las sugerencias figuran:
- Establecer límites de uso diario, mediante aplicaciones de control digital.
- Desconectar para reconectar: tomar pausas tecnológicas para actividades como leer, ejercitarse o compartir en familia.
- Fomentar las relaciones personales: priorizar la interacción cara a cara por encima de las redes sociales.
- Mejorar la higiene del sueño, evitando el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir.
Especialistas concluyen que la dependencia al celular es una forma moderna de adicción emocional, alimentada por la búsqueda de validación y compañía en un entorno digital. El llamado es claro: tomar conciencia, establecer límites y volver al contacto humano como vía de bienestar mental y emocional.
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