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Opinión

Accidentes de tránsito en RD: no son números, son vida

Por: John Torres

Por más que intentemos acostumbrarnos, hay cosas que no deberían volverse normales. Una de ellas es salir a la calle y no saber si volveremos a casa. En República Dominicana, los accidentes de tránsito se han convertido en una amenaza constante, una especie de ruleta rusa que enfrentamos cada día al subirnos a un motor, tomar el carro o cruzar una calle.
Lo más triste es que no estamos hablando solo de estadísticas, estamos hablando de padres, madres, hijos, amigos… personas con sueños, historias y familias que quedan marcadas para siempre.

¿Cuántas vidas se pierden?

Según datos del Observatorio Permanente de Seguridad Vial, en 2024 murieron más de 3,114 personas por accidentes de tránsito en nuestro país. Eso significa que, cada día, al menos 8 familias dominicanas reciben una noticia devastadora. En lugar de cifras, deberíamos decir nombres.
Aunque algunas fuentes internacionales como la OMS han llegado a estimar tasas altísimas (hasta 64 por cada 100 mil habitantes), estudios más recientes indican que estamos en un promedio de 15 a 19 muertes por cada 100 mil. Aunque parezca una mejora, seguimos entre los países con más muertes viales de América Latina.

Motoconchistas, peatones y el caos
Una escena muy común: alguien en motor sin casco, zigzagueando entre carros, mientras un niño cruza la calle corriendo porque no hay paso peatonal. En ese momento, lo que falta no es suerte, sino prevención.
La mayoría de las víctimas son motociclistas (68 %) y peatones, según el Pacto Nacional por la Seguridad Vial. Muchos de ellos no están cometiendo imprudencias, simplemente viven en un país donde caminar o conducir se ha vuelto un riesgo.

¿Y otros países, cómo lo hacen?
Cuando uno mira afuera, se da cuenta de que sí hay formas de hacerlo mejor. En países como Suecia, la tasa de muertes por accidentes es de 1 a 3 por cada 100 mil personas. ¿Cuál es la diferencia? Que allá la vida vale. No se deja todo a la suerte, al "Dios me libre", o al "aquí no hay ley".
Ellos han apostado por una estrategia llamada Vision Zero: una política pública que pone como prioridad que nadie debería morir por algo tan cotidiano como moverse de un lugar a otro.

¿Qué podemos hacer nosotros?
No se trata solo de leyes. Se trata de cambiar una cultura que ha normalizado la imprudencia y la indiferencia. Aquí algunas cosas que podríamos hacer (y que están en nuestras manos como sociedad):
1. Educar desde temprano
Que en las escuelas se enseñe que cruzar la calle no es un juego. Que conducir no es solo saber mover un timón, sino cuidar vidas.
2. Hacer cumplir las reglas
Que haya multas reales, sin “moñas” ni excusas. Que quien maneje sin casco, sin licencia o borracho, sienta que no está por encima de la ley.
3. Construir calles para la gente, no solo para los carros
Semáforos que funcionen, aceras seguras, pasos peatonales visibles, rotondas bien diseñadas. Una ciudad segura salva vidas.
4. Atención médica rápida y eficaz
Muchas muertes ocurren porque no hay ambulancias cerca, o porque el hospital no está preparado. Un buen sistema de emergencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Que el tránsito no nos quite lo que más amamos
República Dominicana no puede seguir permitiendo que la calle sea un campo de batalla. Cada vida cuenta. Cada historia que se pierde en el asfalto es un golpe para todos.
Que no tengamos que esperar a que le pase a alguien cercano para reaccionar. Que seamos parte del cambio desde hoy. Porque vivir no debería ser una lotería cada vez que salimos a la calle.

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